Crónica y fotos: Simple Plan en Vorterix: La adolescencia intacta

25/5/18

Crónica: Nico Santagati
Fotografías: Anto Jerez

La banda canadiense se presentó en el teatro de Colegiales en el marco de su gira por el 15° aniversario de su disco consagratorio No Pads, no Helmets… Just Balls. Dos generaciones de fans, los que vieron nacer a la banda y los adolescentes de hoy, colmaron la sala al ritmo de unos músicos que sostienen en el escenario la energía de su álbum debut.

No es novedad que abundan, aún hoy, bandas longevas cuyos integrantes ya entrados en años siguen sorprendiendo al público, tanto por su energía en escena, como por la calidad musical de sus presentaciones. Simple Plan no parecería, a priori, un grupo plausible de ser incluido en esta categoría, por una simple cuestión etaria: sus integrantes apenas están entrando en la cuarta década. Sin embargo, las exigencias del pop-punk tal como fue planteado en sus orígenes por la banda oriunda de Montreal, pueden hacerle pensar a cualquier espectador incrédulo que “ya no tienen 20”.

Este prejuicio se disipa fácilmente luego de los primeros dos compases de I’d do anything, himno consagratorio y primer track del disco debut de Simple Plan, No Pads, No Helmets… Just Balls, que los canadienses tocarán entero y en el orden original a lo largo de poco menos de dos horas de show.

Al contrario de un jugador de fútbol que ahorra energías desde el inicio del partido para poder explotar cuando sea necesaria una contraofensiva, el vocalista Pierre Bouvier no deja centímetro cuadrado del escenario sin recorrer varias veces desde la mitad de la primera canción, saltando, corriendo y agitando a su público enfervorizado (y que los extrañó durante dieciséis años, desde su última presentación en Buenos Aires), algo que en ningún momento hace mella en su performance vocal. Sus socios, Jeff Stinco y Sébastien Lefebvre en las guitarras, se convierten también en fieles compañeros de fiesta.

El público de Simple Plan tiene un contraste particular: se divide entre los que tienen apenas unos años menos que los integrantes de la banda (sus fans “originales”), y adolescentes —o no tanto— que tienen la misma edad que tenían los primeros en 2002, cuando el primer disco salió a la luz. No parece haber nada en el medio, y sin embargo la energía que propagan es uniforme, característica ya clásica de cualquier público de rock argentino y que el grupo sabe apreciar desde el escenario, así como también devolver gentilezas desde sus instrumentos.

También hay lugar para demostraciones de afecto desde el grupo hacia el público, tocando al son del clásico olé olé olá, -ya conocido para casi cualquier banda de rock que se presenta en Argentina- o haciendo subir al escenario a un pequeño grupo de fans para tomarse fotos.

La lista de canciones continúa casi sin interrupciones. El estilo pop-punk característico de los Simple Plan se hace fuerte en canciones como I’m just a kid, Addicted o My Alien, pero también sabe de matices cuando Bouvier toma su guitarra acústica y queda sólo en escena durante los primeros versos de Perfect, balada romántica que no tardará en transformarse en la clásica power ballad que cierra No Pads… y el set, para dar lugar a los bises.

Un breve intervalo antecedió al cierre del show (compuesto de siete canciones), encabezado por la clásica Shut up, del segundo disco de estudio de la banda Still Not Getting Any…. El final definitivo vino de la mano de la sensible Welcome to my life, un toque de emoción extra para los fanáticos y fanáticas que esperaron dieciséis años por el regreso de los canadienses y que les da la ilusión de no tener que volver a esperar tanto.

LISTA DE CANCIONES
I’d do anything
The worst day ever
You don’t mean anything
I’m just a kid
When I’m with you
Meet you there
Addicted
My alien
God must hate me
I won’t be there
One day
Grow up