EL PLAN DE LA MARIPOSA EN LA PLATA: ¡QUE LA CUENTEN COMO QUIERAN!


21/11/17


El septeto volvió al Teatro Sala Ópera y combinó rock, murga, psicodelia y mucho baile en un extenso show muy celebrado. Crónica y fotos.


Por Gonzalo Ciampa
Fotos Gabriela Farfán Borda


A poco más de tres meses de haber presentado de manera oficial “Devorando intensidad”, los necochenses volvieron a La Plata para continuar desplegando su reciente trabajo de estudio y renovar las energías con un público cada vez más numeroso, que en esta ocasión colmó la capacidad del salón ubicado en la calle 58.

Minutos antes de las 22, mientras el telón permanecía cerrado, una modelo con brillos en su cuerpo y una gran máscara representó a la loba que ilustra la tapa del último disco danzando al compás de la introducción que sonaba de fondo para dar cuenta de que la fiesta estaba por comenzar.

“Dejala correr que solita te lleva”, cantó Sebastián Andersen, en el estribillo de la ligera “La vida cura”, para el inicio del show y el comienzo del baile y la emoción que se propagaron a lo largo de la noche. La gran pantalla situada en el fondo del escenario emitió dibujos pertenecientes a sus discos e imágenes propias durante las dos horas y media que duró el concierto, donde los cinco hermanos Andersen, junto a Andrés Nor (bajo) y Julián Ropero (batería), repasaron casi por completo su última placa.

Como ésta fue su segunda visita a la ciudad tras la edición de “Devorando intensidad”, el arranque también incluyó canciones más viejas, como “Azúcar negra” y “La bisagra”, pertenecientes a “Danza de antalgia” (2015). El público de EPDLM no paró de cantar, saltar y bailar, y en parte, eso lo contagió el grupo, porque los músicos tampoco frenaron un instante, logrando una reciprocidad relevante.

La banda se destaca por su fusión sonora y la vitalidad que demuestra tener arriba del escenario, descontando el buen sonido y la prolijidad musical de sus siete integrantes. Santiago (violín y guitarra secundaria) se movió sin parar, a veces al ritmo de sus hermanos y en otros momentos, marcando las bases más potentes del grupo con su arco. La versatilidad de los temas hizo que cada uno de los músicos tuviese su momento, pero las partes más significativas se las llevaron Máximo (teclados y acordeón) y Valentín (guitarra y voz), además de su hermano Santiago.

Tras “Libertad”, Camila se emocionó al agradecerle al resto de sus compañeros por “todo lo bueno que está viviendo junto a ellos” y a la música, “que tanto sana”, y se despachó con “El cuerpo sabe”. La psicodelia tomó forma en “¿Cómo decir que no?” y la intensidad recobró vida con “El riesgo”, mientras “Navegantes” calmó las “aguas” del Teatro. “A pelo bravo voy surfeando mis penas. Transpiro mi dolor, y que la cuenten como quieran”, cantó el público en plena comunión con la banda en “Calle mantra”.

Las letras de EPDLM comprenden muchos temas: libertad, amor, sueños; y su música, muchos géneros: rock, funk, murga, rap. Ambas cosas, sumadas a la fuerza de su performance y a la respuesta de sus seguidores, dan cuenta de por qué son una de las bandas más reveladoras de los últimos tiempos.

Con “Niño abuelo”, “Semilla del alma” y “Ella es agua” retornó la calma, a la espera de una nueva ebullición, que llegaría de la mano de “Mar argentino” y “Mi Jagger”, el tema más rockero que presenta su última placa. El inicio de los bises los encontró desenchufados y al frente del escenario para una emotiva versión de “Entrañas”, mientras en la pantalla se sucedían videos de su niñez. La murga y la psicodelia volvieron de la mano de “Te quiero” y “Romance con el desapego”, respectivamente, siendo éstos los temas que cerraron este nuevo concierto en La Plata, donde no faltó el rock, el baile, la emoción, la ovación y, por sobre todo, la calidad musical, en lo que fue una noche única, para que cada uno la cuente como quiera.














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