Por Guadalupe Farina
Lo que queda de nosotros, que se presenta de miércoles a domingo en el Multitabarís Comafi, es una propuesta que escapa de los parámetros habituales que uno espera encontrarse en el teatro comercial de la Av. Corrientes y se acerca a cierto planteamiento estético del teatro independiente. En primer lugar, sobresale un diseño escenográfico que da cuenta de que no nos toparemos con una historia realista. En segundo lugar, y lo más importante, a los segundos de empezar la función, el espectador descubrirá que lo que parece ser una pareja, no lo es. O al menos no una pareja humana.
Es que la dramaturgia de los mexicanos Alejandro Ricaño y Sara Pinet cuenta una relación de amistad, con sus altibajos, entre Nata (Carolina Ramírez), una joven que va perdiendo a todos sus afectos en la vida, y Toto (Alberto Ajaka), un perro. La incondicionalidad y fidelidad del animal, aun cuando no es retribuido de la misma manera, es el tema principal de la obra, que busca conmover, apelando muchas veces a golpes bajos, pero también generar conciencia sobre el maltrato animal. No obstante, las peripecias de los sentimientos de los dos personajes fácilmente pueden extrapolarse a cualquier relación humana en la que los implicados no ofrecen al o los otros lo mismo que reciben.
Ajaka se destaca con la composición de un Toto plagado de matices expresivos, al igual que del resto de los personajes que el relato menciona y que van apareciendo en la puesta en escena interpretados por el actor. La colombiana Carolina Ramírez, que también da cuerpo a distintos personajes, acompaña. El dispositivo escenográfico es aprovechado en la puesta para ayudar a la construcción de los diferentes espacios en los que la historia transcurre.
Pero lo que más se escapa de lo común del siempre efectivo realismo del teatro comercial es la estructura dramatúrgica de la obra, que podría catalogarse dentro de lo que es el teatro del relato. Es decir, los actores interactúan poco entre ellos. Lo que sucede está puesto en la palabra y no tanto en la acción física. Ricaño y Pinet se nutren de la literatura y del cine al tomar el recurso narrativo de los distintos puntos de vista: la historia total se construye a partir de los relatos -un poco a público otro tanto introspectivos- de Toto y Nata, que van alternándose en la puesta en escena. Este recurso, habitual en cierto teatro posdramático, ha sido explorado hasta el hartazgo en el “under” e incluso en el circuito oficial. No así en los grandes teatros de Av. Corrientes.
En definitiva, Lo que queda de nosotros es una propuesta interesante que puede sorprender a un público que quizá no esté tan habituado a las nuevas estéticas teatrales, que se gestaron hace años en las salas del off. Sorprenderlo tanto desde lo estructural como desde lo temático.
Lo que queda de nosotros se presenta de miércoles a domingo a las 21 horas en Multitabarís Comafi (Av. Corrientes 831 – CABA). Los sábados hay dos funciones: a las 19:30 y a las 21:30 horas.
Ficha Técnica:
Elenco: Carolina Ramírez, Alberto Ajaka
Dirección Artística: Virginia Magnago
Dirección: Alejandro Ricaño