TEATRO «SUMMER: The Donna Summer Musical» en el Lunt-Fontanne Theatre

Por Fer Casals

Nada tiene más sentido que un tributo musical en Broadway a Donna Summer. La cantante, actriz y compositora fue un icono de una era donde reinó sobre un género de música que ella ayudó a popularizar a niveles globales, y que -nostalgia mediante- aún resulta relevante al menos en los corazones de los fans. El titulo de la «Reina del Disco», pudo ser una maldición para alguien que buscaba no ser encasillada en una moda, pero su música, estilo e inspiración lograron atravesar el tiempo.

La presencia escénica poderosa de LaChanze como una Donna Summer madura abre el show. En esta bio/jukebox-musical tres damas interpretan el papel principal en diferentes etapas de su vida, e interactúan, «Ella es todo lo que quiero ser» le dice la Summer adolescente a la madura. «Tené cuidado con lo que deseas», responde LaChanze, a sabiendas de todo lo que tuvo que pasar para llegar a ese lugar.

La increíble voz de LaChanze pasa por encima de las orquestaciones de Bill Brendle y Ron Melrose y levanta una obra que tiene mas aciertos que desatinos, aunque estos últimos sean inevitables.

La promesa de ser un «el concierto de toda una vida» es un concepto velozmente abandonado para recaer en un tipo de narración exponencial con la inefable ruptura de la cuarta pared, que caracterizó a otra bio/jukebox musical: «Jersey Boys», también del director Des McAnuff y el coreógrafo Sergio Trujillo.

Pero claramente cuando la obra consigue el equilibrio entre narración y «concierto» el resultado es fantástico: «MacArthur Park» con matching outfits en azul que representan la modas de las distintas etapas en la vida de Summer, «Love to Love You Baby» representando la creación problemática de la grabación en un estudio de Munich, con Giorgio Moroder incluído (sí millennials, el que homenajea Daft Punk). Y el gran final -como no podía ser de otra manera- con «Last Dance», donde el teatro se convierte en una disco con doble bola de espejos y papelitos plateados cayendo.

Ariana DeBose y Storm Lever como la Summer de la era Disco y la más jovencita respectivamente, suenan vocalmente sólidas, especialmente Lever se destaca en «On My Honor».

La obra no le escapa a un episodio que no podían evitar dado el contexto de Broadway y de ícono de la comunidad LGBTIQ que Summer tiene, el hecho fueron las declaraciones homofóbicas de Summer durante un concierto en 1983 donde dijo «Dios creó a Adán y Eva. No a Adán y Steve». «He visto la maldad de la homosexualidad, el SIDA es un castigo por sus pecados». En 1989 una Summer renacida cristiana negó los dichos. En la obra -donde la palabra gay está ausente- ella admite haber hecho el comentario de «Adán y Steve» y lamenta más que nada el backlash que le siguió. Frente a tres imágenes de parejas masculinas, la protagonista dice: «Perdí muchos amigos. Todos lo hicimos» para finalizar con un forzado «Dios hizo a Adán, a Steve, a Eva, a Louise y a todos los demás», aplauso incómodo y que siga la función.

En otro momento igual de confuso y resuelto demasiado rápido, Summer admite que siendo una niña cantora del coro de su iglesia, fue abusada sexualmente por un cura, obviamente. Un hecho que continuó durante años y que nunca contó a sus padres por temor a que su padre buscara una venganza violenta. Si bien la obra no es un drama, es un musical, no se detiene un minuto en considerar cómo esto pudo haber moldeado su vida y sus decisiones, especialmente con respecto a los hombres. Por el contrario, es seguido por una escena divertida sobre aprender a conducir en Los Ángeles.

La coreografía de Sergio Trujillo no trae nada nuevo a la mesa, son los clasícos movimentos del disco con mayor elegancia pero lejos de la interpretación artística. La alegría pura que poseen las canciones terminan enredadas en un relato que no tiene la personalidad única y vivaz de su protagonista.


Teatro Lunt-Fontanne; 1470 asientos; Entradas de 48 a 129 dólares. Reseña hecha en Septiembre de 2018. Duración: 1 hora 40 min.

PRODUCCIÓN: Una presentación de Tommy Mottola, The Dodgers, Steven A. y Alexandra Cohen, Thalia Sodi, Courtney Sachs, Ollawood Productions, Lawrence S. Toppall, Rodney Rigby, Morris Goldfarb, James L. Nederlander, Universal Music Group y John Gore Organización, de un musical en un acto producido originalmente por La Jolla Playhouse, con canciones de Donna Summer, Giorgio Moroder, Paul Jabara y otros; libro de Colman Domingo, Robert Cary y Des McAnuff.

CREATIVO: Dirigido por Des McAnuff. Coreografía, Sergio Trujillo. Supervisión de música y arreglos, Ron Melrose. Conjuntos, Robert Brill; disfraces, Paul Tazewell; iluminación, Howell Binkley; sonido, Gareth Owen; proyecciones, Sean Nieuwenhuis; pelucas y cabello, Charles G. LaPointe; director de lucha, Steve Rankin; orquestaciones, Bill Brendle y Ron Melrose; coordinador de música, John Miller; director musical, Victoria Theodore; el director de la etapa de producción, Andrew Neal.

CAST: LaChanze, Ariana DeBose, Storm Lever, Aaron Krohn, Ken Robinson, Jared Zirilli, Angélica Beliard, Mackenzie Bell, Kaleigh Cronin, Kimberly Dodson, Anissa Felix, Drew Wildman Foster, Afra Hines, Jenny Laroche, Wonu Ogunfowora, Rebecca Riker, Christina Acosta Robinson, Jessica Rush, Harris M. Turner, Aurelia Michael, Jody Reynard, Kim Steele.


By Fer Casals

Nothing makes more sense than a musical tribute on Broadway to Donna Summer. The singer, actress and composer was an icon of an era where she reigned over a genre of music that she helped to popularize at global levels, and that – nostalgia through – is still relevant at least in the hearts of the fans. The title of the «Queen of the Disco», could be a curse for someone who wanted not to be pigeonholed in a fad, but his music, style and inspiration managed to cross time.

The powerful stage presence of LaChanze as a mature Donna Summer opens the show. In this bio / jukebox-musical three ladies play the main role in different stages of their lives, and interact, «She is everything I want to be» the Summer teen tells her to mature. «Be careful what you want,» replies LaChanze, knowing everything that had to happen to get there.

The incredible voice of LaChanze passes over the orchestrations of Bill Brendle and Ron Melrose and raises a work that has more hits than blunders, although the latter are inevitable.

The promise of being a «concert of a lifetime» is a concept quickly abandoned to fall back on a type of exponential narration with the ineffable breaking of the fourth wall, which characterized another musical bio / jukebox: «Jersey Boys», also from director Des McAnuff and choreographer Sergio Trujillo.

But clearly when the work achieves the balance between narration and «concert» the result is fantastic: «MacArthur Park» with matching outfits in blue that represent the fashions of the different stages in Summer’s life, «Love to Love You Baby» representing the problematic creation of the recording in a Munich studio, with Giorgio Moroder included (yes millennials, the one that Daft Punk pays tribute to). And the grand finale -as it could not be otherwise- with «Last Dance», where the theater turns into a discoteque with a double ball of mirrors and silver little papers falling.

Ariana DeBose and Storm Lever as the Summer of the Disco era and the youngest respectively, sound vocally solid, especially Lever stands out in «On My Honor».

The play does not escape an episode that could not be avoided given the context of Broadway and icon of the LGBTIQ community that Summer has, the fact was the homophobic statements of Summer during a concert in 1983 where he said «God created Adam and Eve . Not Adam and Steve. » «I have seen the evil of homosexuality, AIDS is a punishment for their sins.» In 1989 a Christian reborn Summer denied the sayings. In the play – where the word gay is absent – she admits to having made the comment of «Adam and Steve» and regrets more than anything the backlash that followed. In front of three images of male couples, the protagonist says: «I lost many friends. We all did it» to end with a forced «God made Adam, Steve, Eva, Louise and everyone else,»  uncomfortable applause and the show must go on.

In another equally confusing and solved too quickly moment, Summer admits that being a choir girl in her church choir, she was sexually abused by a priest, obviously. A fact that continued for years and never told his parents for fear that his father would seek a violent revenge. While the work is not a drama, it is a musical, it does not stop a minute to consider how this could have shaped his life and his decisions, especially with respect to men. On the contrary, it is followed by a funny scene about learning to drive in Los Angeles.

The choreography of Sergio Trujillo does not bring anything new to the table, it is the classic movements of the disco with greater elegance but far from the artistic interpretation. The pure joy that the songs possess ends up entangled in a story that does not have the unique and lively personality of its protagonist.


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2 Comments

  1. Hola Horacio, realmente la intención no es afectar a la publicación de un carácter snob. Esos términos son parte del vocabulario global, en el caso del teatro (especificamente Broadway) es la manera de nombrar a estos géneros y subgéneros que no fueron creados en latinoamérica. Las jukebox son un invento norteamericano popularizado en los 30’s. En cuanto a millennials también su origen es del idioma inglés y si se hiciera una forzada traducción sería «milenico» el cual nunca ví escrito en ningún lado. Si un estadounidense escribe una articulo sobre la Argentina deberá poner «gauchos» o «mate» en nuestro idioma, como nosotros debemos adaptarnos a los términos que ellos utilizan sobre su cultura.

  2. Soy seguidor de META, suelo escuchar el podcast, admiro las fotos de Valeria y me gusta mucho la aguda observación de Fer. Es muy difícil leer reseñas, con ojos argentinos, de espectáculos musicales de alto nivel de Broadway.
    A propósito, me gustaría conocer la opinión de META respecto de «Hamilton» de la que oí decir que es un enorme éxito, tanto en NY como en Londes.
    Y, por último, me parece a veces que los textos deberían ser acompañados por una especie de glosario, ya que no todos tenemos la obligación de saber que quieren decir con «matching outfits» o «millenials» o «bio jukebox».
    Estoy convencido de que se puede ser profundo e informar de la mejor manera expresando todo en el mismo idioma. De otra manera, parece una publicación «snob», afectada

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