CINE: Reseña de ‘BABYLON’

Por Damián Aspeleiter

Damien Chazelle trae nuevamente una película grandilocuente, con grandes actores y una gran producción, pero nuevamente no logra alejarse de sus temas y se enfoca en el camino de los sueños ya que si bien sus personajes anhelan el éxito lo que realmente quieren es realizar su arte. El director vuelve con los tópicos a los que nos tiene acostumbrado y con los detalles racistas y clasistas que nunca elude. En esta película como en las anteriores latinos, afroamericanos y asiáticos vuelven a ser un simple recurso para la construcción de la grandeza, mano de obra y levantar el ego del hombre blanco porque, aunque por un momento rocen esa grandeza vuelven al lugar al que, según el autor, pertenecen. En esta historia Chazelle trata de homenajear a Hollywood de una manera que romantiza los vicios y excesos, pero con una maestría que nos permite olvidarnos de la ideología latente por debajo del relato. Si bien es una romantización con ciertos matices ya que las críticas a la industria (personificados por Jean Smart) pero de una forma tan naif que no logran hacer demasiado ruido.

Babylon es una película que se ubica en el micro mundo del Hollywood de los años locos, es decir ese periodo de ostentación y abuso posterior a la primera guerra mundial y anterior a la segunda. Nos muestra un Hollywood rico y poderoso al cual ni siquiera afecta la crisis del 29, es decir un mundo en el cual la pobreza y la marginación no son elementos de la narración porque se enfoca en blancos privilegiados y sus sirvientes. En esta como en todas las obras de Chazelle sobrevuela la idea de superioridad y la forma en que solo los blancos están dispuestos a hacer sacrificios para conseguir sus sueños, tal vez en esta obra de forma más explícita que en las anteriores.

Esta historia de ascenso, gloria y caída nos presenta a tres protagonistas: Jack Conrad (interpretado por Brad Pitt), una estrella de cine mudo que debe adaptarse a los nuevos tiempos; Nellie LeRoy (interpretada por Margot Robbie) una talentosa y ascendente actriz que lleva una vida descontrolada y que es víctima de sus propios vicios y excesos y Manny Torres (Diego Calva) un joven asistente que logra crecer en la industria más no triunfar.

El verdadero protagonista es Manny, ya que desde su punto de vista es que se nos introduce al mundo. La película comienza con una gran secuencia de una fiesta orgiástica que de alguna manera establece el tono que se quiere dársele a la época en qué se enfoca. El argumento de la película parte desde una sobredosis de una joven actriz que es remplazada por Nellie, quien de a poco comienza a ascender en la industria; este accidente inicial logra ser el nexo que va conectando a los protagonistas. Así vemos la transformación de Hollywood al sonido y la forma en que cambia la industria afectando a sus viejas estrellas que deben aceptarlos y adaptarse a ellos.

Con grandes movimientos de cámaras, detalles técnicos de fotografía, montaje y edición la película es dinámica, pero a diferencia de otras películas que utilizan los recursos técnicos como único fundamento para darle atractivo a la película en Babylon estos detalles colaboran para contar la historia.  La música es también una constante, con una base Jazz que genera un clima de constante vértigo la película se ve alimentada así de detalles que no permiten los tiempos muertos muy comunes en películas de esta duración, básicamente Chazelle sabe narrar y aprovechar los recursos para mejorar y hacer más interesante la narración. El score de Justin Hurwitz funciona como un personaje más de la película ya que la va llenado de intensidad o ritmo a las escenas a medida que estas lo van requiriendo. La fotografía de Linus Sandgren aporta belleza y textura. En cuanto a la edición y el montaje la película juega de forma magistral generando una gran dinámica en el relato, haciendo que las tres horas nueve minutos no se sientan y hasta se disfruten.

Babylon por momentos juega con el caos, la locura y la magia que implica hacer cine, pero también de alguna manera intenta explicar porque a algunos nos gusta tanto. En ese sentido hay dos grandes momentos que tienen a Brad Pitt cómo protagonista y cuentan la magia del cine. En uno de ellos el personaje de Jean Smart, Elinor St John, simplemente le explica porque entró en decadencia y porque eso ya no importa. Parafraseándola dice en 50 años, cuando estés muerto, un joven que no siquiera ha nacido vera tus películas y encontrará magia en ellas, eso te hace eterno, si bien no son las palabras exactas ese es el tema de la película: los legados, aquello que los artistas  dejan y los hacen inolvidable, de alguna manera Chazelle completa el ciclo que inicio con Whiplash (2014) y La La Land (2016)  ya no se trata solo del ascenso, o de la llegada al éxito, se trata de lo que deja un artista y en ese punto con este homenaje que le hace al cine logra emocionar un poco.

8 de 10

Articulos recientes

Tambien te puede interesar

Leave a reply

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí