TEATRO: Crítica de «LA CULPA»

Por Marcelo Cafferata

No caben dudas de que David Mamet es uno de los dramaturgos y guionistas que mantienen las mayores expectativas en el público que conoce sus obras. Algunas de las más recordadas como “Oleanna” “State and Maine – Cuéntame tu Historia” (para el cine) “Glenngarry Glen Rose – El precio de la ambición” o “Casa de Juegos” lo han posicionado dentro de la élite de escritores que han tenido suceso tanto como novelistas como en el terreno del cine y del teatro, también teniendo, en su caso, una extensa trayectoria como director y guionista de cortometrajes

Su última obra, “LA CULPA” ha sido adaptada por Bernabé Rico para la versión española que han protagonizado Pepón Nieto y Ana Fernández y en este caso desembarca en la cartelera porteña de la mano de una adaptación de Adriana Salonia, quien además de productora general, tiene el protagónico femenino del espectáculo.

Llama poderosamente la atención qué será lo que le habrá seducido a Salonia de “The Penitent” –tal su título original que hace una más clara alusión a un castigo/penitencia por temas religiosos- para embarcarse en esta propuesta, dado que del material disponible de Mamet es justamente uno de sus textos menos atractivos, con un conflicto y reacciones morales de los personajes que se ajustan mucho más a un pensamiento social típicamente norteamericano que a nuestra idiosincrasia y con una dramaturgia reiterativa y farragosa que no parece ajustarse a los tiempos de un teatro más actual.

Mamet una vez más planteará en escena un dilema moral, de esos temas que atraviesan su obra de diferentes formas y en este caso será la figura de un psiquiatra (Daniel, Diego de Paula) que aparece en la primera plana de los medios dado que un adolescente que ha sido su paciente ha cometido una terrible masacre involucrando más de diez muertes.

La negativa a declarar en favor de su (ex) paciente y entre otras cosas, su negativa a permitir que se revelen sus notas privadas en el juicio, desencadenará una serie de disparos mediáticos que impactarán sobre todo en su mujer (la frágil Eliana, Adriana Salonia) que no sabe cómo acompañarlo. En medio de los devaneos éticos y hasta filosóficos de su marido –Mamet en este caso lo ensambla con lo religioso no sólo desde una potencial lectura sino explícitamente en una propia búsqueda del protagonista-, ella no logra entenderlo y no puede llegar a compartir su punto de vista: ninguno de los dos puede escuchar el pedido de ayuda del otro, sumergiéndolos en una crisis colateral profunda.

Todo comienza cuando un capítulo de un libro publicado por Daniel es “malinterpretado” por la prensa, cuando el título de su obra se publique con un supuesto error de tipeo que hace que el psiquiatra quede implicado en un tema de homofobia y discriminación, el que erosionará su reputación, barrerá con su carrera y tendrá serias implicancias en el seno familiar.

Julián (Martín Urbaneja), abogado y amigo de la pareja intentará ayudarlo, aconsejándole lo mejor para poder salir del escándalo en el que se ha visto involucrado pero por más que además se haya visto interpelado por el fiscal del caso (Gabo Correa), Daniel no cederá en mostrar sus notas de las sesiones con el acusado, apelando a su juramento y al dilema moral que plantea exponer ciertos detalles que se suponen privados y que deben ser custodiados profesionalmente.

Enfrentando de a dos intérpretes por escena, Mamet planteará en estos duetos no solamente el dilema ético y la moral atrapada en lo religioso sino que hablará de la presión de los medios, las mentiras, los ocultamientos y la fuerza arrolladora que tiene la condena social aún antes de que se conozca la verdad.

Quien conozca mínimamente el universo del autor, sabrá que en el último acto, la vuelta de tuerca que aguardamos desde la primera escena, finalmente llegará y redefinirá todo lo que hemos visto.

En este caso, “LA CULPA” cierra con una potente revelación pero más allá del golpe de efecto, todo el camino para llegar a esta verdad peca de reiterativo, lleno de contradicciones y con palabras a borbotones en un texto farragoso, discursivo y aburrido.

La puesta de Hugo Urquijo en la dirección es correcta y aprovecha el espacio al máximo y lo complementa con un diseño audiovisual atractivo (mezclando manchas del famoso test de Rorschach con los diferentes ambientes en los que se mueven los personajes) y se muestra una vez más como un talentoso e indiscutido director de actores.

Gabo Correa tiene una fuerte presencia escénica en una intervención breve pero definitoria y Martín Urbaneja como Julián también se sobrepone con oficio al verborrágico texto de Mamet.

Adriana Salonia tiene que lidiar con un personaje femenino que comienza a ganar solidez en el tramo final de la historia: en los primeros cuadros aparece como una mujer tonta y sojuzgada a los designios de su marido que repite frases sin entender lo que sucede. Los diálogos que ha escrito el autor para su Eliana, más aun en las primeras escenas, no son en absoluto atractivos.

Sin embargo, Salonia le pone el cuerpo y trata de acompañar el protagonismo excluyente de Daniel hasta que ella pueda lucirse, ampliamente, en una última escena.

En Diego De Paula recae un personaje complejo como Daniel, es psiquiatra atormentado al que él dota de una fuerza y una precisión asombrosa, aun cuando el texto es complejo y tramposo, reiterativo y engorroso, con esos párrafos interminables que muchas veces el espectador no encuentra amigables, pero que él trata de moldearlos para que suenen atractivos.

A pesar de ello, De Paula encuentra en cada escena la forma de estallar y mostrar el costado más interesante de su personaje a pesar de las desventajas que debe sortear con la dramaturgia, entregando un trabajo tan sólido como apasionado.

En suma, director e intérpretes ponen lo mejor de sí para un texto que no hace honor a la pluma de Mamet que es evidente que dentro de su extensa trayectoria, es claramente una obra menor.



LA CULPA

De David MAMET
Adaptación Española de Bernabé Rico
Adaptación Argentina de Adriana Salonia
Elenco: Adriana SALONIA, Diego DE PAULA, Martín URBANEJA y Gabo CORREA
Asistente de Dirección: Eliana SANCHEZ
Diseño Audiovisual: Toma Virtual, Norman Ruiz y Liliana Romero
Diseño de Iluminación: Horacio NOVELLE y Hugo URQUIJO
Diseño de Vestuario: Carolina MARAFIOTI
Escenografía: Sebastián SEBAS
Dirección: Hugo URQUIJO

Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini – Avenida Corrientes 1543 – Viernes y Sábados 22.15 hs

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5 Comments

  1. Aclarar simplemente que el actor de “La Culpa” es Martín Urbaneja, no Martín Jáuregui, un excelente documentalista argentino, admirable por su trabajo y dedicación artistica.

  2. Gracias Jorge por tu comentario! Coincidimos en casi todo, los cuatro actores están muy bien como traté de expresarlo en la reseña, con un tour de force impecable de Diego de Paula. Solo apuntaba a que el texto de Mamet (aún con una muy buena adaptación de Salonia) no es de lo mejor de su obra y por momentos se vuelve reiterativo y farragoso pero eso no le quita méritos en absoluto a la puesta local.

  3. Quiero destacar que la Obra de Mamet adaptada en Argentina es excepcional. Atrapan los 65 minutos de puesta en escena. Es Impecable el nivel actoral del elenco. Diego de Paula en su papel de psiquiatra atormentado y volcado a la religión, canaliza a la perfección los sentimientos de un ser atormentado y que tiene que buscar en su rabino la forma de sobrevivir, a costa de dejar atrás todo lo demás. Adriana Salonia de forma magistral nos presenta el lado humano y colma de matices su papel de esposa profesional del psiquiatra. Salonia despliega en escena todo su talento para combinar emociones, racionalidad y una solidez actoral plena de verdad que se desborda en el último acto hasta dejarte paralizado y conmocionado en la butaca. Martin Jaúregui como abogado y amigo de la familia aplica toda su experiencia y demuestra, una vez mas, que actuar no es solamente expresar un texto. Su pulcritud en escena es propia de un bailarin del Teatro Colón. Gabo Correa, como abogado defensor del asesino (al que nunca venos, pero sobre el que gira la Obra) mantiene un mano a mano con el psiquiatra (Diego de Paula) que no tiene desperdicio, lo envuelve como si estuviera en el estrado y lo tritura verbalmente hasta dejarlo sin argumentos.
    La puesta es escena es sobria pero efectiva y la dirección de Hugo Urquijo es soberbia lo que denota saber interpretar no solo las palabras, sino las entrelineas de un genio como es David Mamet.
    Pude ver la Obra también en Madrid y reconozco que la traducción y adaptación de Adriana Salonia es infinitamente mejor. Salonia supo captar al autor, imprimirle un ritmo trepidante a los textos y alcanzar un climax actoral propio de quien no solo traduce sino que interpreta y crea verdad. Se valora cuando la actuación, la creatividad y la palabra se conjuga con sentido.
    Un disfrute de talento y expresividad en un marco preciso de actuaciones sobresalientes.

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