TEATRO: Críticas de «NAHUELITO» y «PROYECTO BARHEIN»

Por Marcelo Cafferata

NAHUELITO
de Matías Puricelli y Fran Ruiz Barlett
Dirección Matías Puricelli

★★★★★★★☆☆☆

NAHUELITO” cuenta la historia de Jazmín y Tania y lo hace en diferentes momentos, con saltos temporales a través de los años: todo comienza en un campamento que planean juntas, unas vacaciones cerca del lago Nahuel Huapi donde quieren ir a descansar y fantasean, entre tantas otras cosas, con verlo a Nahuelito, el mítico monstruo, que quizás no sea tan monstruoso –“sobre todo con ese nombre”, ironiza una de las protagonistas- mientras acampen en la zona.

En esa noche, con el tono de camaradería donde también está presente el alcohol y algún cigarrito “prohibido”, en un ambiente de cálido relax aparente, surgen ciertas confesiones. Será justo el momento donde Jazmín decida confesarle algo a su amiga que venía guardando desde hace algún tiempo y que deja a las dos involucradas en una historia en común.

La confesión suena tan necesaria como inoportuna, quiebra completamente toda la relación y redefine el curso de la historia de una amistad tan entrañable. Tanto en la figura del monstruo como de los secretos no confesados, aparece desde el primer momento, omnipresente, la figura de lo oculto, de lo que está aprisionado e intenta tomar cuerpo y salir a la superficie.

Muy emparentado con otros temas más mediáticos de la protagonista de la obra (Thelma Fardín) que ganaron fuerza dentro del movimiento del colectivo femenino y de actrices, generadores de conciencia y repudio generalizado a los casos de acoso sexual y violencia de género, con el movimiento de #MiraComoNosPonemos, la figura del monstruo y de lo que está subyacente va ganado cuerpo en la historia y produciendo efectos inesperados para ambas.

Es así como el texto de Puricelli aborda no solamente la necesidad de que las verdades salgan a la luz, sino de su cadena de consecuencias, del causa / efecto, de hacerse cargo de la parte que cada uno ha tenido en su propia historia para volver a construir desde situaciones más claras y transparentes.

A partir de esta confesión las vacaciones quedan truncas e incluso Tania quiere volverse inmediatamente y en su intento de regresar a la ciudad en el medio de la noche, es atacada en el bosque por un animal salvaje, y una vez más, la bestia, el peligro, lo siniestro, está presente aún en sus metáforas, en el cuerpo de la obra.

Si bien en el inicio, a “NAHUELITO” le cuesta encontrar un tono acorde para el cuento que quiere relatar, poco a poco las piezas del rompecabezas se van acomodando y el texto de Matías Puricelli va cobrando fuerza hasta terminar de amalgamarse con las otras dos protagonistas de la obra, que sobre el final se harán presentes en escena -hasta ese momento aparecen fuera de escenario acompañando la historia con las canciones de Fran Ruiz Barlett en la melodiosas y dulces voces de Azul Araya y Violeta Brener-.

El tiempo como gran agente de curación, las piezas que se van reacomodando como ese destino que ya estaba en cierto modo escrito para ellas y el sentimiento que se va apoderando del texto, hace que en el tramo final “NAHUELITO” nos deje una cálida sensación de haber vivido en un poco más de una hora, una gran historia de amistad, que ha atravesado el tiempo y alguna distancia. Si bien el uso de monólogos se hace algo poco funcional al inicio de la obra, ese mismo recurso, sobre el final, cuando las amigas van contando que ha sido de su vida a modo confesional, a modo de correspondencia, se hace sumamente efectivo y gana en fuerza y en emotividad.

Thelma Fardín, sobre todo en la presentación y en el tramo inicial de la obra, elige un registro que luce demasiado afectado, con un decir de los textos que suenan poco naturales para un relato que apuesta a la simpleza de un lenguaje cotidiano.

Parece costarle encontrar un tono a su personaje hasta que, adentrada la obra, va evitando esa inflexión dramática y se deja ganar por la frescura que está presente en su personaje y va encontrando el camino para construir a su Jazmín con más espontaneidad.

Victoria Raposo como Tania es pura chispa y le luce con fuerza en el escenario, le brinda mucho magnetismo y credibilidad a su personaje y sortea los momentos dramáticos con mucha más facilidad que Fardín.

Entre ellas, gana la química que construyen con sus personajes y finalmente el cuartero se completa con la presencia de las ya mencionadas Araya y Brener, que luego se incorporarán a la historia con un giro sorprendente y fresco para el cierre de la obra.

La puesta en escena de Puricelli sabe aprovechar al máximo el espacio de El Método Kairós e inclusive toma riesgos con escenas duras que se presentan en el bosque, resolviéndolas en forma precisa y funcional para la obra.

De todos modos, su texto cobra mucha más vida en esas “vueltas de la vida” que muestra la historia sobre el final, en ese tono confesional que logra de las amigas pasado algún tiempo, ya invadidas por la voz de la experiencia y logra un relato armonioso y sensible donde puede jugar tanto con el sentido de la amistad y los vínculos para toda la vida, sin dejar de profundizar en el poder sanador de la verdad, de poder decir lo que se siente y lo que se piensa, sin guardar nada.

Sin alimentar ese monstruo solitario que, cuando menos uno se lo espera, puede emerger de ese lago que no es más que la conciencia de uno mismo.

NAHUELITO – El Método Kairós – El Salvador 4530 CABA – Sábados 21:00 hs


PROYECTO BARHEIN
de Santiago Swi

★★★★★★★½☆☆

La cartelera porteña incluye todo tipo de atractivos, desde las propuestas más comerciales en la calle Corrientes donde obras de autores nacionales comparten la cartelera con producciones que son adaptaciones de grandes éxitos internacionales incluyendo importantes producciones musicales, hasta proyectos de teatro independiente y de teatro off que cada vez son más importantes.

La dramaturgia, los directores y los actores buscan en estos proyectos alternativos, nuevas formas de expresión y de descubrir un nuevo lenguaje teatral y de esta manera, ha surgido por ejemplo el fenómeno de Microteatro, con una reducida cantidad de espectadores, en un espacio no convencional y con pequeñas obras de quince minutos de duración.

PROYECTO BARHEIN” se presenta como algo diferente a todo, desafiando cualquier convención desde lo novedoso de su formato, su atractiva puesta en escena y el gran desafío de deconstruir un espacio escénico convencional para montar una obra con diferentes focos de atención.

El espacio de Santos4040 deja el típico escenario teatral para convertirse en un bar, lleno de mesas en donde, incluso, los espectadores podrán tomar o comer algo antes de que inicie la función, logrando darle un mayor clima para la propuesta. Desde alguna de estas mesas, se iniciará la acción y así, entre los espectadores, comenzará esta propuesta teatral completamente original y diferente a todo.

Así se presentarán cuatro focos diferentes de atención que, como espectadores, nos mantiene activamente inquietos tratando de no perder detalle: son cuatro historias diferentes pero que tienen un denominador común que es el de intentar abordar desde diferentes puntos de vista y con diferentes matices, el tema de la pareja.

No conviene adelantar demasiado sobre el disparador de cada una de las historias, para que además de ser una propuesta creativa, cada espectador se pueda dejar invadir de lo novedoso y de la cuota de sorpresa que despierta este particular montaje de Santiago Swi.

Si puede adelantarse, que el tono que elige para contar las cuatro historias, tiene mucho humor y en algunas de ellas se juega inclusive por un registro más desbordado permitiéndose, algunos toques de surrealismo que le dan una pizca más innovadora aún a la propuesta.

Esta dramaturgia, de creación colectiva a cargo del propio grupo creador del proyecto, se sostiene, mayoritariamente en diálogos directos, cotidianos, donde cada uno de los espectadores pueda sentirse reflejado y apuntan directamente a poder poner la lupa sobre la pareja.

Pero esto no será más que la excusa para que colateralmente pueda hablarse de la soledad, el hastío, de la dificultad de comunicarse, la infidelidad, el abordaje amoroso, el romanticismo, la rutina, el deseo, la traición, los pactos amorosos, las expectativas, en definitiva hablar del amor en sus múltiples formas.

Cada una de las historias brinda el espacio para poder reflexionar sobre esos temas comunes a todos y lo hace, fundamentalmente, desde una mirada cargada de humor hasta por momentos jugar con el humor negro y permitirse, además, en uno de los cuadros, una parodia a la telenovela mejicana, que tendrá momentos de festejado delirio.

Los actores se entremezclan con el público y así se van desarrollando las cuatro historias en donde los textos juegan desde la pintura más costumbrista que puede haber en una cita, hasta el sarcasmo o la comedia agridulce, bordeando en muchas situaciones, lo trágico y lo patético de sus seres llenos de fragilidad, pero sin perder en ningún momento el humor que sostiene la totalidad de la obra. Quizás para una mayor cohesión de las cuatro historias se podría haber planteado algún entrecruzamiento que pudiese hacer que no queden como cuatro situaciones aisladas, pero de todos modos, el mismo espacio que las contiene y la temática les va otorgando un sentido global al proyecto.

Además de una ingeniosa puesta en escena y elaborados diálogos por parte del trabajo de dramaturgia, Swi cuenta a su favor con ocho actores que están perfectamente sincronizados, entregados a este juego con un timing preciso para descollar en los momentos de comedia y con algunas actuaciones que particularmente logran mostrar la versatilidad que tienen para abordar en una historia corta diferentes registros y pasar de la comedia alocada a una canción o un baile.

Como toda obra con diferentes historias, algunas podrán atrapar más que otras, algunas parecer más interesantes que otras y si bien las cuatro historias que habitan en “PROYECTO BARHEIM” logran tener una homogeneidad, la historia en la que está involucrado el mozo es la más simpática y la que se destaca sobre el resto, tanto conceptualmente como en su desarrollo y se presenta asimismo con una cierre que la hace la más perfecta de todas.

De todos modos, sin adelantar nada en cuanto a la trama, podemos decir que cada una de ellas tiene un atractivo diferente y que los tonos con los que se maneja cada historia permiten romper con un esquema monocorde y facilitan que el grupo trabaje sobre diferentes tonos. Santiago Swi y sus actores apuestan permanentemente a los giros, a las pequeñas sorpresas, a romper con lo convencional y a intentar llevar sus historias a una exploración teatral que salga completamente de los estereotipos.

Para aquellos que quieren disfrutan, dentro de las propuestas teatrales, de algo completamente diferente y que transgrede ciertas convenciones sin por eso incomodar a los espectadores sino todo lo contrario, podrá entregarse confiados a las historias que los hacedores de “PROYECTO BARHEIN” tienen para contarnos y pasar una noche diferente con una obra distinta.

PROYECTO BARHEIN – Dumont4040 – Santos Dumont 4040 CABA – Viernes 22:00 hs

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