Cierta profundidad y metáfora del texto ciertamente se podía haber potenciado, pero el equipo creativo decidió no hacerlo y por el contrario, optó por quedarse en la superficialidad que, de todos modos, la obra en si misma posee.
Pero lo que más se escapa de lo común del siempre efectivo realismo del teatro comercial es la estructura dramatúrgica de la obra, que podría catalogarse dentro de lo que es el teatro del relato.
Ryan Coogler ha logrado crear algo a pesar de la pérdida del protagonista de la primera parte sin convertirla en un homenaje burdo pero sin eludirlo, sentando las bases para el personaje en el futuro.
Canción para mi muerte
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El texto de Matías Vitali, ya estrenado hace diez años atrás, mantiene la plena vigencia para una sociedad que si bien legalmente ha avanzado en el logro de muchos derechos, sigue necesitando de estos textos para reflexionar y seguir despertando conciencias.
La nueva película de Jordan Peele no es la tercera parte de “Huye” y “Nosotros” pero sí se nutre del espíritu de cada una de ellas: que el elemento psíquico del terror sirva para desmantelar el set de una realidad que atemoriza, de la que somos culpables y víctimas los seres humanos. En esta cinta: lo mejor y lo peor del cine, la crítica racial y la espectacularización al servicio de las relaciones comerciales y de poder.